¿Se imaginan?, tomar un café, comer pan amasado con variedad de pastas, saborear un riquísimo kuchen al atardecer con la vista panorámica hacia un volcán. Bueno, ahí estuvimos, en un ambiente puro y natural, lejos del bullicio de la agitada urbe.
viernes, 16 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario